miércoles, 28 de noviembre de 2012

LA ÉTICA SEGÚN KANT

En la página de análisis y sinopsis Shvoong explican que: Kant  sostiene que no es posible pensar en algo bueno sin restricciones, salvo una buena voluntad. Ella no es buena ni por lo que realiza ni por la búsqueda de un fin, por loable que éste pudiera ser. Es buena en sí misma. “Considerada por sí  misma, es, sin comparación, muchísimo más valiosa que todo lo que por medio de ella pudiéramos verificar en provecho” (Kant, Fundamentación). Este concepto de la voluntad buena debe ser obtenido por medio de la razón y supone buscar una voluntad que sea buena en sí misma, no como medio ni con finalidades ulteriores. El concepto de una voluntad buena es posible gracias al concepto del deber. El valor moral estriba en hacer el bien no por inclinación al deber, sino por deber. Cuando una acción se realiza conforme al deber, pero por inclinación a éste y no por el deber mismo, según Kant carece de valor moral, es inmoral. Kant pone como ejemplo un individuo para el cual la vida ha perdido todo atractivo.  Si este individuo conserva su vida por miedo a la muerte o por una inclinación a cumplir con el deber, la suya no es una decisión moral.  Sólo lo sería si conservara su vida “por el deber.” Kant sostiene “el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley”. Sólo por la ley puedo tener respeto, nunca por una inclinación, por tanto la moralidad esta en la acción por respeto a la ley.
Tres caracteres esenciales definen la ética de Kant: ética autónoma, una ética del deber y una ética formal:
    • Autónoma: es el propio sujeto el que se determina a sí mismo a obrar, a darse a sí mismo su ley, sin que le sea impuesta por nada a su razón.
    • Del deber: la ley está llamada a legislar y regular las acciones de los humanos. Carácter de obligatoriedad. La ley moral se presenta como un “mandato”, un “imperativo”. Es el deber: el deber de obrar de acuerdo con la ley moral.
No es lo mismo obrar conforma a la ley y al deber, que obrar por deber y con respecto al deber.
Una acción sólo es buena cuando además de obrar conforme al deber, se hace por respeto a la ley y al deber.
Kant diferencia dos tipos de imperativos:
    • Imperativos hipotéticos: obligan únicamente a las personas que quieren alcanzar un fin determinado y la acción expresada en el mandato es un medio para alcanzarlo.
    • Imperativos categóricos: obligan a realizar una determinada acción de forma universal e incondicionada.
Los imperativos hipotéticos son consejos de una razón prudencial o calculadora, cuando quiere un fin, quiere los medios para alcanzarlo.
Formal: La ética, según Kant, no tiene por tarea dar normas morales sino que debe ocuparse de descubrir qué rasgos formales deben tener las normas morales para que podamos percatarnos de que tienen la forma de la razón.
Kant propone un test: la persona debe preguntarse a sí misma si reúne los siguientes rasgos:
(   Estar dotada de universalidad: será ley moral aquella que yo creo que todas las personas deberían cumplir, de forma que no hago conmigo una excepción.
(   Referirse a seres que son fines en sí mismos: será ley moral la que proteja a seres que tienen un valor absoluto.
(   Valer como norma para una legislación universal en un reino de los fines: para comprobar si una máxima es ley moral es preciso comprobar si sería una ley vigente en un reino en que todos los seres racionales se trataran entre si como fines y no como medios.
Si los seres humanos somos capaces de darnos a nosotros mismos este tipo de leyes que nos permite ser capaces de ponernos en el lugar de cualquier otro, entonces es que somos autónomos y no heterónomos.
Sólo una ética formal puede dar cuenta de la autonomía humana. 
* La ética kantiana es, en cambio, una ética del deber. Lo bueno es el cumplimiento del deber y con la intención de cumplirlo. EL bien no se relaciona con el ser sino con el deber ser. Lo bueno es lo debido. Kant agrega que es importante la intención de cumplir el deber, de lo contrario la acción no es moralmente buena. Puede ser que yo cumpla materialmente con el deber, pero sin la intención de cumplirlo, entonces no he obrado bien. Viceversa, puede ser que yo tenga la buena intención de cumplir el deber, y que ponga en curso la acción necesaria para cumplirlo, pero no logro completar su cumplimiento, sin embargo, mi acción es buena. Desde luego, Kant aclara que no basta sólo la intención. Se requiere la puesta en marcha del proceso, aunque no se cumpla del todo

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